Por aquel entonces la realidad desdibujaba los pasos preceptivos de aquellos sin sombra que deseaban lograr la cima desde la sima, en una incrédula inmediatez ilusoria, construyendo escaleras de viento, tejiendo bufadas de papel, y luego sumergiéndose en tinas de ácido, para volver a la sima, y sentirse más miserables, en sintonía con el todo, y en un autentico símil entre el vacío y la diáspora total de sí mismos....
Por aquel entonces EL hombre de papel, había logrado dibujarse un rostro con ojos inexpresivos, que veían la realidad desde una lejanía profana. Los lobos hambrientos rastrojaban en el lodazal de su casa buscando alguno de sus engendros dibujados... sueños de una mente atormentada por la ilusión de la superflua superioridad mental... dejándose en claro que sabia nada del todo, (y por esa sin noción se sentía superior al todo mismo) desconfiando de su sombra, y de sus ojos, el pantano seguía hundiendo su alma, así como el de los sin sombra, que el tanto detestaba, sin saber que el era uno de los mismos...
Un día cualquiera el cascaron que envolvía, a la ahora mariposa juliana se abrió, fue una mañana lúgubre pero no por eso infeliz, abrió sus alas color ceniza rosácea y como quien no quiere la cosa, se rehusó a volar, aunque aleteando... quería seguir siendo una oruga, el miedo a encontrar marido, y a enfrentarse a la hostilidad de las hormigas le parecía tan aterrador, como el miedo que sentía por los pájaros en su infancia, sin embargo ahora ella era algo muy similar a lo que antes fueron sus enemigos mortales. Se genero una diástole habitual, que se llego a sentir en toda la inmensidad del universo precámbrico, cuando Juliana dio su primer aleteo, ¡era como si el universo le aplaudiera! y así emprendió su vuelo al fin... jamás en soledad, sino consigo misma, y su divino tesoro fue y será siempre, el de no tener sueños ni metas fijas, sino más bien un tornado de emoción distractil, que lograron hacer que juliana, viviese hasta el día de hoy, como la reina del cielo. Cuentan los pescadores del Chiloé lejano, que más de una vez la ven bañándose en su soledad, mas hablando con la laguna; y la diástole de su corazón jamás se detuvo, y jamás se detendrá, mientras mantenga la misma rebeldía, de ser libre, esclava de si misma, y de su vivir en la diáspora eterna del universo subatómico.
Miraron entonces los hombres, la sombra de Juliana tras el océano de nubes anaranjadas, pero no vieron más que formas fantásticas, y les llego incluso a dar asco, el pensar en ese nivel, de lo que llamaron... estupidez.
Siguieron pues, viendo televisión, leyendo libros antiquísimos, fumando cigarrillos, bebiendo vinos caros, baratos y jugo de uva recién machacado, así como jugos watts y Zucos, odiando a otras sombras como ellos, creyendo que el pasto era algo ornamental, y que la vida se definía en su final, y no en su pasar .
Me gusta tu trabajo, es oscuro y complicado, por lo mismo se relaciona conmigo...
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