marzo 06, 2010

diliev

el otro día fui a la playa, a leer, y cuando se estaba poniendo el sol, un frió enorme me recorrió el cuerpo... y el hambre... por solo haber bebido leche... y me dije, quiero volver a mi casa.... ese el hogar, el espacio que sentimos nuestro, solo de nosotros... ese es el hogar... pero, hay gente sin hogar, hay gente que no tiene casas, como los damnificados por el terremoto, el verdadero problema de eso, es estar desesperanzados, no saber a donde ir a que pertenecer... pero también existen aquellos que tienen casa... pero no hogar... esas familias que están rotas, que viven de apariencias falsas, que muestran ser algo que no existe, que no es... eso es chocante. es peor, por que al menos, unidos como familia, uno tiene una esperanza, o solos aferrándonos a algo más allá, pero cuando tenemos problemas más profundos, familias rotas, no hay parches curitas que sirvan.. no se ve una esperanza más allá.... a todo esto, pensaba en escribir sobre que es la muerte, según yo, pero prefiero escribir de que es vida... y que es estar muerto en vida...
para mi estar muerto en vida se resume en no tener esperanzas... o mantener el dedo en la yaga para que la cicatriz no sane... por que, yo creo que todo puede sanar, pero depende de nosotros, debemos enfrentarnos a los problemas, no evadirlos, entender que hay cosas ineludibles, y cosas que deben pasar, que este es un viaje, y la gente viene y va, peor los lazos siguen para siempre...
los lazos.... ese es el gran punto, si se mantienen los lazos, hay esperanza.. hay vida, pues vida no es gozo si no esperanza de un posible futuro esplendor (por eso me siento inmortalmente vivo), uno nunca debe rendirse, siempre se puede salir, lo que pasa es que hay distintas visiones y versiones, del dolor, y de la desesperanza, no todos sentimos igual, pero todos sufrimos, algunos más, otros menos, algunos tienen familia que los acogen, que están allí, otros familias que contribuyen a más dolor, o que simplemente no están, son sombras con las que compartimos un mismo techo... pero no con las que compartimos alegrías y penas... y eso da más pena... por que pensamos que debería ser de otra forma... y claro, puede ser de otra forma, pero implica un sacrificio, implica rebelarse, y mostrar la verdad... y eso es duro, duele, es molestoso, pero cuando una aprende a caminar, aunque se caiga, se vuelve a levantar... por que... hay que seguir.
conocerse no se trata de probarse, se trata de entenderse

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