diciembre 18, 2010

Recuerdos de sopetón irracional iracundo.

Habían memorias, y hubieron sueños, ciertamente hubieron momentos, pero los sentimientos tenían en el trasfondo, un residuo opaco, casi cómo un sentimiento culposo. Por la improbabilidad de eludir, las balas del absurdo, y sí, siempre es el absurdo, cómo un fantasma que hiere y muere, en una inconstancia que pudre todo; todo lo que somos, y podemos ser.

Y cada roce, de cada palabra, de cada silencio, era y es, sin embargo, la joya profana infranqueable, el suplicio delicioso, de momentos en furia, de cristales que reflejan una, mil, y un millón de veces: lo que escondemos adentro. Y aquella tormenta, que no sacia, que da más sed, cómo un lago infinito al cual beber sin detenerse, por su latente adicción, y la adicción del alma a inventar cuentos, cuentos que, de todas formas, no se mantienen en suspenso sin antagonistas que ofusquen toda sensación de volar, para caer, y hacernos sentir que las alas son inútiles, las mismas alas que años atrás, él mismo se cortó para no volar tan lejos de casa, y quedar, en aquellos campos de hielo lejano... El infierno, de la Hipotermia en el corazón.

._Cada canción una sonrisa, cada momento una opresión, una diástole uniforme, de remolinos chocando con el sol, y cada momento intraducible, una suspicacia sin pudor, y cada memoria irreducible un tormento sin evolución. .-

Y se aprestaba a prestar servicios, de comandante o de general, comenzaba a mostrar el vicio, de locura con racionalidad. Antes cuando habían fronteras, no había a quién matar, mas ahora cuando el Más es la última frontera, destrozo todo y más, sin conocer fruto de subterfugio, sin respirar aires de hogar, el corazón sin alimento, gritando por saltar a la mar... en viajes de aventura, guerra y morral. Cosas que guardamos, cosas que sopesamos, en un océano infinito, cosas que no queremos más.

Todo se vuelve adictivo, y somos adictos al sueño, al drama, a la locura profana, y a la vez somos adictos a querer, aunque no lo digamos, aunque no lo expresemos: Lo soñamos.

un tren que nos lleve a un viaje lejos, muy lejos de aquí.

2 comentarios:

  1. Y habrán muchas memorias mas, un sin fin de ellas... miles de cosas que nos esperan y que no esperan a ser.
    Cierra los ojos y llegaran mas pronto de lo que te imaginas.
    Joven adicto a su motor de sueños (=

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cualquier parecido con la realidad, o con persona viva o muerta, No es una Coincidencia, las coincidencias, no existen.



Hay que expresar la libertad, de hacer lo que quieras, tal y como quieras, siempre que lo hagas con pasión.