junio 29, 2012

Pulso

Que delirio al sentir el oceáno furioso al chocar contra las rocas, sentarme y dibujar un perfil de las olas, beberlas en gritos ahogados, sentirme acalorado cuando hace frío y el corazón late más fuerte, con más ganas; dame más mar, decía... déjame hundirme, sumergirme, hasta ese punto en donde aunque hayan tormentas no hay sonidos ni turbulencias, ése lugar donde puedo soñar, donde puedo verme a mí mismo sin la necesidad de pasar; por las capas y capas de nudos que el tiempo y las yagas han hecho crear.

Déjame dormir en tu pecho marino, en el fondo del ancho mar, déjame perseguir mis delirios, mis vagas esperanzas al transformar las palabras, al interpretarlas y recordar; deja que el recuerdo no sea el demonio vagabundo que merodea en la espera y el deseo, déjame hundirme en tu pecho de mar y no ser más, nunca más, sólo el vago recuerdo de un hombre.

Déjame ser niño, un espíritu de mar, salvaje e indomable, déjame ser más, que si el recuerdo se presente sea como un viejo amigo al que abrazas y lloras, porque no habrá pasado sólo el ancho e indómito mar. Me regocijaré con sus ondas, con sus silencios, con el camino que deja la luna al pasar, como el perfume embriagador de cuando se va la lluvia y deja paso al sol.

Y una parte profunda en el pecho recuerda que detrás de todo siempre hay un velo de sombras, que son nuestros propios miedos y prejuicios.

junio 25, 2012

Lo que calla el viento

-Se hace notar el invierno...
-¿Cómo dices?
-Que ya llegó el invierno y el frío, y hace tanta falta...
-¿Qué cosa hace tanta falta?

Precaución... pensó ¿ hace falta decirlo todo?

(Tú, pensó)
-Nada
-No deberías decir cosas y pausarlas para llegar a decir nada, conmigo no necesitas arrepentirte de lo que dices, sabes que te...

pasó una hoja, un ligero vendabal, como un piano que sueña a lo lejos, como cuando suenan las cuerdas de la guitarra y se siente un escalofrío.

A veces me gustaría decir que tomé una siesta, pero la verdad es que a veces las siestas se tornan en comas y es difícil despertar; Pero qué extraño y maravilloso es despertar y sentir un vendabal.

-¿Sigues ahí?
-Claro que sigo, tonto, pero no pienses que puedo acostumbrarme a tus preludios, a tus silencios artificiales.
- Bueno, no es que no lo crea, te siento aquí (en mí) te siento cerca, y nadie había llegado tan cerca.

¿Leerás esto? algunas preguntas es mejor no suponerlas, algunas preguntas es mejor no hacerlas, a veces hay que escuchar lo que calla el viento...

-Te Amo, yo también te siento cerca...
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Cómo puedo explicar que a veces me pierdo, a veces uno deja que el velero navegue erráticamente en el horizonte, pero no, no estoy perdido, tengo mi brújula y tu eres mi norte y mi argonauta, viajar por las estrellas no es fácil, sobre todo cuando persigues a la luna, que es tu faro, pero a veces desaparece.

Como me gustaría decirte... cantarte... escribirte
Ah! pero tengo una carta bajo la manga...
creo que lo encontraste, lo que andaba buscando...


Hay que expresar la libertad, de hacer lo que quieras, tal y como quieras, siempre que lo hagas con pasión.