al otro lado del túnel.

Al otro lado del túnel las palabras volaban en todas direcciones, estaba yo entonces sentado a un lado del camino, mirando el suicidio de pájaros en vuelo, que se consumían como en fuegos fugaces, lento: producto del oxigeno. tal vez, pensaba yo, si no hubiese oxigeno no morirían, pero yo no podría verlos brillar... Al otro lado del túnel, la expresión artística se vuelve críptica, hasta el más mínimo detalle es el más sublime, pero lo que dura un segundo, es lo más bello, se desvanece, es solo un instante.... aunque al final, todo lo que sube tiende que bajar (no, tiene, TIENDE, por que hay cosas que llegan más allá de las cimas conocidas, y se quedan allí, brillando.). Al otro lado del túnel veo tus ojos brillando junto a las luces del aurora, dulces y lejanos, pétalos de miel, siempre errantes.

me paré entonces y comencé a caminar, sin rumbo fijo, como entre girando y perdido, vi a la noche despertar, y a las estrellas sonreír, vi que la luna no me acompañaba esa noche, pues estaba danzando, más cerca del sol.

Sentí como el viento acariciaba mi piel, como un aviso lejano, como un fuego cercano, avivando la llama de mi pecho, queriendo brillar más, el mismo viento que circunnavegaba el globo, en todas direcciones y en ninguna... entonces até mis oraciones a un globo y lo mande a volar por los canales del viento, para que el destino dibujara a su lector.

Ella se esfumaba, se escondía entre las sombras, en bocanadas de tabaco y se dibujaban vasos de tequila y ron, miraba lo profundo de los mares, sin distinguir las olas, de monstruos marinos bajo el sol. Entonces llego el globo entre las mareas del viento, leyó las oraciones y supo: es tiempo de salir del túnel, es tiempo de danzar bajo el sol.